AMOR ROMÁNTICO
Coral Herrera: "Se ha
disfrazado de amor lo que es control y dominación"
Sufrir menos y disfrutar más del amor, este fue uno de los objetivos a
partir de los cuales la antropóloga feminista comenzó a investigar sobre las
relaciones de pareja para poder deconstruir los mitos patriarcales y crear
relaciones sanas.Los mitos del amor y la realidad de las relaciones sociales: una
distancia tan grande que parece existir en mundos paralelos. Este es uno de los
motivos que impulsó a la antropóloga Coral Herrera a
comenzar a investigar sobre el amor romántico: "Desde pequeña me contaban
cuentos que luego no veía en la realidad. Lo que veía en mi vida eran peleas,
divorcios, gente sufriendo, errores… y los mitos me presentaban el amor como
algo maravilloso y que dura para siempre".Buscando cómo llevar la teoría a la práctica y, sobre todo,
conseguir "sufrir menos y disfrutar más del amor", comenzó a estudiar
el amor desde una perspectiva feminista. Así, se lanzó a un mundo todavía
desconocido e hizo la primera tesis sobre amor romántico. "El amor tiene
que ser algo bonito y placentero, un motor que nos lleve a
querernos y tratarnos bien y hacer un mundo mejor. Por eso, cuando
termine la tesis doctoral la convertí en tres libros, abrí un blog y comencé a hacer talleres para que pudiera llegar a más gente". Y en este camino
sigue, haciendo de su investigación y del amor un tema colectivo que abandone
el ámbito individual y privado para que pase a entenderse como un fenómeno
social.¿Cómo se construye nuestra forma de amar?
Nuestra forma de construir el amor romántico tiene que ver con la
forma en la que nos organizamos social, económica y políticamente. Lo romántico es político,
y por ello, se construye a través de la ideología de ese momento. En la
actualidad a través del capitalismo y del patriarcado. Así entendemos que se
ame de forma diferente en distintos tiempos y en distintas culturas.
Por la ideología patriarcal construimos nuestra forma de amar en
base a unos mitos que perpetúan el machismo en las
relaciones. Y la capitalista se mantiene, principalmente, a través
de la idea de la concepción de la propiedad privada: cuando amas a alguien, ese
alguien te pertenece, eso de 'yo soy tuya y tu eres mío'.
Y la manera que tenemos de
reproducir estas ideas es a través de la cultura: canciones, películas,
chistes, series de televisión… Reproducimos así los mitos románticos del amor
romántico.
¿Qué mitos del amor
romántico?
Yo siempre hablo de tres frases principales: quien bien te quiere te hará llorar, los que más se pelean son los
que más se desean y del amor al odio hay un paso. Tres ideas que
están muy arraigadas en nuestro imaginario colectivo. De manera que si tú le
gustas a un niño en el colegio es normal que el chico te haga rabiar, te
moleste, te violente… porque todos los adultos se ríen y le parece muy normal
que si tu le gustas a un niño, el niño te machaque y te acose. Hacemos creer
eso a los niños, en vez de decirles, 'si te gusta fulanita, la tienes que
tratar bien, dale unos besitos, si le gusta bien, y si no te aguantas'. Así se
naturaliza la violencia, y ese es el principal problema, que lo tenemos tan
normalizado que no nos parece violencia.
O que si no le haces caso, ella irá a ti…
Exacto. Y eso es maltrato.
Los chicos así aprenden desde pequeños que cuanto más maltrates a una mujer,
más la vas a tener en tu poder. Es un ejemplo de cómo nos enseñan desde
pequeños a tratarnos mal y hacer sufrir a quien nos gusta.
¿Cómo sustenta el amor romántico la violencia machista?
El amor romántico tal y como lo concebimos es muy violento. Está basado en una forma de relación sadomasoquista. La cultura cristiana nos ha transmitido el placer del sufrimiento, que consisten en creer que para conseguir el amor verdadero hay que sufrir mucho, hay que aguantar mucho y hay que pasarlo muy mal. Este mensaje se transmite principalmente a las mujeres, que somos las que tenemos que aguantarnos, sacrificarnos y renunciar a todo.
"El amor romántico tal y como lo concebimos es muy violento"
Por otro lado, todas nuestras relaciones están basadas en jerarquías. En estas jerarquías, a veces mandas, y a veces obedeces. Y todo el amor romántico está construido en este binomio de sumisión - dominación, es decir, uno domina y otro se somete. No nos enseñan a relacionarnos horizontalmente, de tú a tú, de igual a igual. Y como vivimos en una sociedad tan machista, nuestra forma de querernos es machista y por eso siempre la sumisión es de la mujer ante el hombre. Y encima, como está acostumbrada al sufrimiento, no nos importa y nos creemos que así es el amor.
¿Cómo sustenta el amor romántico la violencia machista?
El amor romántico tal y como lo concebimos es muy violento. Está basado en una forma de relación sadomasoquista. La cultura cristiana nos ha transmitido el placer del sufrimiento, que consisten en creer que para conseguir el amor verdadero hay que sufrir mucho, hay que aguantar mucho y hay que pasarlo muy mal. Este mensaje se transmite principalmente a las mujeres, que somos las que tenemos que aguantarnos, sacrificarnos y renunciar a todo.
"El amor romántico tal y como lo concebimos es muy violento"
Por otro lado, todas nuestras relaciones están basadas en jerarquías. En estas jerarquías, a veces mandas, y a veces obedeces. Y todo el amor romántico está construido en este binomio de sumisión - dominación, es decir, uno domina y otro se somete. No nos enseñan a relacionarnos horizontalmente, de tú a tú, de igual a igual. Y como vivimos en una sociedad tan machista, nuestra forma de querernos es machista y por eso siempre la sumisión es de la mujer ante el hombre. Y encima, como está acostumbrada al sufrimiento, no nos importa y nos creemos que así es el amor.
Con los jóvenes esto pasa aún más. A las adolescentes les parece normal que su novio le diga cómo
tienen que vestir. O cómo tiene que ser el largo de la falda o el
ancho del escote. Y este es el problema, que se ha normalizado y se ha teñido
de amor lo que es control y dominación
¿En estos procesos tan machacantes cómo acaba nuestra autoestima?
Nunca nos enseñan a querernos bien a nosotras mismas. Primero,
porque desde pequeñas vemos a las mujeres más cercanas, mujeres que no les
gusta sus físicos y que están siempre intentando perder kilos, con dietas,
gimnasios, operaciones… Eso nos da la idea de que nuestros
cuerpos son imperfectos y que tenemos que machacarlos para que sean como la
sociedad quiera.
A nivel de personalidad, como las niñas tenemos que ser mucho
mejor que los niños para ser iguales, nos lleva a un nivel de autoexigencia
brutal que hace que tengamos que ser buenas en todo, y esto es imposible. Hay
un mito de la superwoman que nos dice que tenemos que llegar a
todo y esto nos hace sufrir mucho y sentir constantemente que tenemos que
mejorar.
"Hay un mito de la
'superwoman' que nos dice que tenemos que llegar a todo y esto nos hace sufrir
mucho"
La autoestima es fundamental para nosotras y para relacionarnos.
Si yo estoy bien conmigo misma voy a tener una relación mucho más bonita.
Porque si no me quiero bien voy a estar pensando que no me merezco el amor de la
otra persona y que mi valía personal depende de si me quieren o no me
quieren... Pero todos somos iguales de estupendos si tenemos novio o no. Antes,
durante y después. Y no lo dejas de ser porque te dejen de querer. Esto nos
cuesta mucho a las mujeres porque tenemos una necesidad enorme de
reconocimiento externo, una dependencia enorme de cómo nos quieren
los demás y de cómo nos ven los demás, y si nos aprecian los demás o no.
Esto tiene que ser un tema fundamental en las escuelas. Primero,
que nos enseñen a querernos bien a nosotras mismas, y luego que nos enseñen a
querer y tratar bien a los demás y gestionar nuestras emociones. Que nos
enseñen a gestionar la pena, la alegría, la ira. la frustración...
¿De qué nos sirve aprendernos la lista de
reyes visigodos? Absolutamente de nada.
Lo que necesitamos es aprender a relacionarnos y aprender a que
nuestras relaciones sean menos conflictivas y dolorosas. Aprender a resolver
conflictos sin violencia.
Son las generaciones nuevas más machistas que las anteriores?
Yo creo que no. Ya
Aristóteles dijo que la juventud que le seguía a su generación estaba echada a
perder. Estamos hablando de hace dos mil años. Todas las generaciones cuando se
convierten en adultas ven a los jóvenes como perdidos, que no tienen valores ni
inquietudes pero es mentira. Yo soy del 77, de la generación X. Se decía que no
estábamos comprometidos, pero yo veía muchos jóvenes como yo que no parábamos
de hacer huelgas estudiantiles contra las reformas educativas, reivindicaciones
contra la guerra de Irak… nosotros veíamos que hablaban de nuestra generación y
no estábamos representados.
El problema son los ídolos que tiene la juventud. Yo siempre pongo como ejemplo a Shakira. No puede ser que una tía que tiene tantos fans presuma de lo sumisa que es en su relación con Piqué. Shakira tiene una responsabilidad social respecto a su imagen porque todas sus palabras tienen un impacto muy fuerte. ¿De qué sirve estar dando talleres contra el machismo en los Institutos si luego viene Shakira y en medio segundo te desmonta todo? O como las famosas de 'yo ni machista ni feminista'. Que lean un poco y midan lo que se dice y el impacto que tiene en la gente joven.
¿Qué podemos hacer para cambiar?
Necesitamos una revolución cultural. No sirve de nada que tratemos de concienciar si la televisión sigue mandando de forma constante mensajes machistas disfrazados de amor romántico. No sirve de nada concienciar, si después vemos el programas de personaje muy machista. Para liberarse del machismo hay que trabajar en todos los ámbitos pero principalmente medios de comunicación, educación e industrias culturales. Y todos a la vez. Si no es imposible porque mandamos mensajes contradictorios. También hay que reconocer la necesidad de nuevos referentes de forma de amar porque casi todos los ejemplos que nos ponen de pareja son parejas que se tratan muy mal con relaciones de sufrimiento y que no disfrutan nada del amor. Tenemos que empezar a crear una imagen del amor como algo bonito que no conlleve violencia, sufrimiento o sumisión. Este es el reto que tenemos por delante: demostrar que otras formas de quererse son posibles.
El problema son los ídolos que tiene la juventud. Yo siempre pongo como ejemplo a Shakira. No puede ser que una tía que tiene tantos fans presuma de lo sumisa que es en su relación con Piqué. Shakira tiene una responsabilidad social respecto a su imagen porque todas sus palabras tienen un impacto muy fuerte. ¿De qué sirve estar dando talleres contra el machismo en los Institutos si luego viene Shakira y en medio segundo te desmonta todo? O como las famosas de 'yo ni machista ni feminista'. Que lean un poco y midan lo que se dice y el impacto que tiene en la gente joven.
¿Qué podemos hacer para cambiar?
Necesitamos una revolución cultural. No sirve de nada que tratemos de concienciar si la televisión sigue mandando de forma constante mensajes machistas disfrazados de amor romántico. No sirve de nada concienciar, si después vemos el programas de personaje muy machista. Para liberarse del machismo hay que trabajar en todos los ámbitos pero principalmente medios de comunicación, educación e industrias culturales. Y todos a la vez. Si no es imposible porque mandamos mensajes contradictorios. También hay que reconocer la necesidad de nuevos referentes de forma de amar porque casi todos los ejemplos que nos ponen de pareja son parejas que se tratan muy mal con relaciones de sufrimiento y que no disfrutan nada del amor. Tenemos que empezar a crear una imagen del amor como algo bonito que no conlleve violencia, sufrimiento o sumisión. Este es el reto que tenemos por delante: demostrar que otras formas de quererse son posibles.