Gabriela Morreale contribuyó de forma decisiva a la formación de varias generaciones de
investigadores a los que transmitió su pasión por el conocimiento.


Además, realizó una intensa actividad en el seno de las sociedades científicas. Fue presidenta de la European Thyroid Association y de la Sociedad Española de Endocrinología y vicepresidenta de Sociedad Española de Bioquímica.
Implantó en España la técnica de detección de hipotiroidismo congénito en la sangre del talón de recién nacidos.
Ambos
efectuaron una estancia posdoctoral en la Universidad de Leiden (Holanda),
especializándose en el estudio de la glándula tiroides. A su vuelta a España en
1958, se incorporaron al Consejo Superior de Investigaciones Científicas y en
1974 se trasladaron a la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de
Madrid, donde junto con Alberto Sols fundaron el Instituto de Investigaciones
Biomédicas.
Sus contribuciones científicas forman un cuerpo doctrinal sin el que no es posible entender la fisiopatología tiroidea como la entendemos actualmente.Desarrolló el concepto, muy novedoso en su tiempo, de que había una relación muy estrecha entre el metabolismo (desyodación) de la T4 y su actividad hormonal.
Sus contribuciones científicas forman un cuerpo doctrinal sin el que no es posible entender la fisiopatología tiroidea como la entendemos actualmente.Desarrolló el concepto, muy novedoso en su tiempo, de que había una relación muy estrecha entre el metabolismo (desyodación) de la T4 y su actividad hormonal.
Igualmente,
a contracorriente de ideas establecidas, demostró que la placenta no es
impermeable a las hormonas tiroideas, y que la transferencia de hormona
tiroidea de la madre al feto, demostrable desde etapas muy precoces del
embarazo, es relevante en el desarrollo cerebral del feto.
Su trabajo ha tenido un gran impacto en la salud pública: implantó en nuestro
país las técnicas de detección precoz de hipotiroidismo congénito
mediante la medida de TSH y T4 en la sangre del talón de recién nacidos, un programa que
ha evitado miles de casos de cretinismo.
Contribuyó de forma decisiva a la formación de varias generaciones de
científicos a los que ha transmitido su pasión por el conocimiento, el rigor
experimental y la preocupación por la salud de poblaciones en riesgo.