"La muerte de una mujer hermosa es, sin duda, el tema más poético del mundo" dijo Edgar Allan Poe.
Ser una mujer joven significa enfrentarse, huir o conocer la propia aniquilación de multitud de formas. Por ello, evitar ser el tema de la poesía de otra persona y encontrar una poética propia, muchas veces sin mapas, ni guías es una tarea a la que se enfrentan muchas jóvenes. La lucha por encontrar esa poesía en la que se celebre su supervivencia y no su derrota, por encontrar la manera de sobrevivir en un medio que tácitamente disfruta borrándolas o viéndolas fracasar es un esfuerzo que la mayoría de las jóvenes deben realizar. La lucha no es solo para sobrevivir físicamente, que también, sino por hacerlo como persona con derecho a participar y a tener voz, por la dignidad.
En la época que comienza justo antes de cumplir sus 20 años, Rebecca Solnit fue a vivir sola como estudiante de periodismo, ahí fue donde según ella libró las batallas más feroces. A menudo ignoraba a qué se oponía y por qué y su rebeldía era turbia, incoherente y caprichosa, pero no sucumbió. Ahora, cuando es una escritora consagrada, ve a las jóvenes de su entorno librando las mismas batallas y, nombrando los obstáculos a los que se tuvo que enfrentar, pretende que puedan saltarse alguno de ellos.