DEBES CONOCERLAS
Un proyecto de la editorial Huso pretende
dar visibilidad a las mujeres pioneras de la literatura en España
Tras varios siglos de luchas, logros y conquistas, la
figura de la mujer ha evolucionado de manera vertiginosa hasta una sociedad en
la que la es posible moldear su propia identidad. Más o menos.
Carmen de Burgos, Clara Campoamor, María Zambrano, Maruja Mallo,
Concha Méndez, María Lejárroga, María Teresa León, Isabel Oyarzábal y María
Moliner, son
algunas de las protagonistas que han influido en estos procesos de cambio
social y en las culturas políticas del siglo XX.
Ellas y ellos o ellos y ellas, Debes conocerlas y Cuadernos de la niña escondida, son las tres obras de
un proyecto común enmarcado bajo la editorial madrileña Huso, en el que han
participado la editora Mayda Bustamente y las escritoras Marifé Santiago
Bolaños y Mercedes Gómez Blesa. La trilogía rinde homenaje a todas las mujeres
que tomaron la decisión de ir contracorriente en una sociedad totalmente
masculinizada, dejando un inmenso legado en el ámbito artístico y social. Como
ellas mismas apuntan estos ejemplares están dedicados "a nuestras abuelas
a nuestras madres".
La vida de la pensadora, filósofa y ensayista española
María Zambrano (1904-1991), fue el nexo de unión entre las escritoras para
lanzarse a una investigación que se nutrió de charlas, debates y jornadas para
estudiar la palabra y el trabajo de mujeres "excepcionales en las que
poder mirarnos al espejo". Tras varios años de estudio, la obra está repartida
en varios capítulos donde Mercedes Gómez Blesa se ocupa
de las ensayistas. Por ejemplo, la escritora y feminista española
María Lejárraga o la primera corresponsal de guerra, Carmen de Burgos.
Mientras, Marifé Santiago Bolaños se encarga de las narradoras como la
escritora Concha Espina y de las activistas como Clara Campoamor, entre otras
de las mujeres vanguardistas del siglo XX.
Como fruto del recorrido de estas grandes mujeres, se
celebró la presentación de estas creaciones en la Residencia de Estudiantes con
el nombre Debes conocerlas. Modernas vanguardistas y
otras mujeres sabias. Como anfitriona y presentadora se ha elegido a
la escritora y ensayista Carmen Alborch. "Son unos libros que te invitan
hacer elogios de los propios libros y donde se confirma que nunca van a
desaparecer", dijo la ex ministra.
Ellas y ellos y ellas es un obra recopilatoria de ocho novelas de Carmen de Burgos (1867-1932), también conocida con el seudónimo de Colombine. Periodista, escritora y la
primera mujer corresponsal de guerra durante la Guerra de Marruecos en 1909,
fue, sobre todo, defensora de los derechos de las mujeres, el divorcio y el
voto femenino.
Desde el punto de
vista literario, Carmen de Burgos
destacó también por ser una excelente cuentista: El abogado (1915), Huesos de abuelo (1922), Ellas y ellos o ellos y
ellas (1917) o Puñal de claveles (1931) son algunas de sus
obras.
Cuadernos de la niña escondida, la tercera obra presentada, es un texto teatral de Marifé
Santiago Bolaños. La pieza representa un encuentro que sirve como síntesis para
conocer y repasar la historia de un viaje todavía incompleto: el de las mujeres
que pelearon por una libertad de la que no pudieron disfrutar.
Colombine, la primera mujer periodista
Carmen de Burgos se convirtió en la primera mujer
periodista de España gracias al autodidactismo.
Stendhal afirmaba que el genio femenino escapaba de la gloria. Basta hojear
cualquier manual de arte, matemáticas o historia para darle la razón. Hagan la
prueba. ¿Dónde quedan las sabias y las científicas? Sea como fuere, la
campanuda frase de Stendhal no solo es falsa sino, también, lógicamente
incorrecta. Primero: porque la noción del "genio" no era sino un
camelo, una fantasía urdida por el filósofo Immanuel Kant y
popularizada por los escritores románticos, de gran predicamento en la Francia
napoleónica. Segundo: porque, como al otro lado del canal de la Mancha
defendían entonces las primeras filósofas feministas, era imposible que
surgiera algo como el genio femenino, por así decirlo, mientras se educase a la
mujer en la conversación, el saber estar y las buenas maneras; Mary Wollstonecraft, Damaris Masham y Mary Astell coincidían en un punto esencial: si se
les seguía confinando a la esfera doméstica, vedándoles el acceso a la
educación superior, nunca llegarían muy lejos.
Algo de esto se barruntaba Carmen de Burgos (1867-1932) cuando, a golpe de autodidactismo, decidió convertirse en la primera mujer periodista de España. Nacida en Rodalquilar, un pueblo almeriense situado en pleno Cabo
de Gata, en el seno de una familia de gran prosapia, pasó una infancia infeliz
y se casó a los dieciséis años, sin lograr la anuencia paterna, con un
periodista que casi le doblaba la edad. El matrimonio fue un fracaso. Después
de quince años aguantando infidelidades, decidió separarse de su marido en
1900, tras ver morir a tres de sus cuatro hijos. En el ínterin, había estudiado
secretamente Magisterio y, a renglón seguido, se instaló en Madrid como profesora en la Escuela Normal de Maestras.
Como no la admitían en ninguna tertulia de artistas
por ser mujer, decidió fundar la suya propia. Se
había recorrido toda Europa cuando inició "Los miércoles de
Colombine", una tentativa de borrar de casticismo el mundo cultural
español. Eran las cinco en punto de la tarde cuando apareció en la tertulia,
situada en el 76 de la madrileña calle de San Bernardo, un estudiante de
dieciocho años llamado Ramón Gómez de la Serna;
un gazapillo de cortos vuelos que no parecía arredrarse ante la presencia de
una paloma torcaz, tan viajada como brava, y al que poco importaba que ella le
sacase veinte años cuando iniciaron una apasionada relación.
Muchas cosas habían cambiado cuando, dos décadas
después, Gómez de la Serna la abandonó, fugándose con la hija de ella. Carmen
de Burgos había dejado su impronta en El Globo, el Heraldo de Madrid y el ABC, siendo la primera mujer que ponía el pie en sus
redacciones, y su combativa columna en El Universal, que
llevaba por título "Club de los matrimonios mal avenidos", le había
valido el mote de "la divorciadora". En 1909 se había trasladado a
Melilla para cubrir el conflicto del Rif. Volvió "impresionada por las
desgarraduras y las crudezas de la guerra vista frente a frente" y,
también, convertida en la primera reportera bélica española.
El periodista Augusto Figueroa le
propuso firmar como Colombine, un personaje de la Commedia dell'Arte conocido por su ambigüedad
sexual, y bajo este seudónimo publicó
unas cuantas novelas cortas. Ellas y ellos o ellos y ellas
(Editorial Huso) contiene ocho de las mejores. Se cuentan entre estas El artículo438, un alegato contra el Código Penal de
1870, vigente hasta 1931, que eximía de castigo al
hombre que matase a su mujer al sorprenderla en adulterio, y Puñal de claveles, un drama rural ambientando en el
mundo natal de la autora y basado en hechos reales: el crimen del cortijo del Fraile, la truncada historia
de amor entre dos primos que también inspiró Bodas de sangre, de
García Lorca.
Decía que el suyo era un "periodismo de combate,
ágil, nervioso y bohemio". Su enconada defensa de
los derechos de la mujer la situaba a escasa distancia
de Clara Campoamor y su brillantez literaria, así como su autodidactismo y su
carácter pionero en primera línea del frente, la acercaba a lo que, al otro
lado del charco, representaba Edith Wharton. Sin embargo, sus obras quedaron orilladas
a comienzos del franquismo y, cuarenta años después, ya nadie recordaba quién
era la "dama roja"; una escritora convertida en musa de escritor y
después abandonada que, según algunos, murió entonando un "¡Viva la
República!