Los distribuidores
atribuyen el auge de los 'biopics' de artistas y científicas al gran tirón del
público femenino en las salas de filmes de autor
Fotograma de "Marie Curie", con Karolina Gruszka (en el centro) como la científica. |
Desde hace años, los distribuidores de cine independiente y de autor en
España saben que sus taquillas dependen del público femenino. De ahí el éxito
en las carteleras hispanas de un extraño género: el de biopics que describen la vida de una artista o
intelectual ninguneada en su tiempo. ¿Ejemplos? Séraphine,
de Martin Provost, sobre la pintora Séraphine de Senlis; Violette, también de Provost, sobre la escritora Violette
Leduc; La bailarina, de Stéphanie Di Giusto,
sobre la bailarina Loïe Fuller; Negación, de
Mick Jackson, sobre la historiadora Deborah E. Lipstadt; Figuras ocultas, de Theodore Melfi, sobre las
matemáticas negras que trabajaron en los primeros años del programa espacial
estadounidense; Camille Claudel 1915, de Bruno
Dumont, sobre la escultora homónima; Paula, de Christian Schwochow, estrenada la semana pasada, sobre la
pintora Paula Modersohn-Becker... También ha habido películas con
protagonista más popular como Historia de una pasión, de
Terence Davies, sobre la poeta Emily Dickinson, o Marie Curie, de Marie Noëlle, que se estrena hoy.
Y en tres semanas llegará La casa de la esperanza, de
Niki Caro, en la que Jessica Chastain encarna a Antonina Zabinski, que dirigió
junto a su marido, durante varias décadas incluida la Segunda Guerra Mundial,
el zoo de Varsovia, lugar por el que huyeron centenares de judíos de las garras
de los nazis.
Jessica
Chastain es una de las actrices más
militantes en la lucha por la igualdad de género en Hollywood. El pasado
domingo, en la rueda de prensa del jurado del certamen de Cannes, del que
formaba parte, tras la entrega de premios, la intérprete aprovechó para
asegurar: "Es la primera vez que he visto veinte películas en 10 días, y
me encanta el cine. Y una de las cosas que me llevo de esta experiencia es el
análisis de los personajes femeninos. Es preocupante cómo nos ve el mundo, para
ser sincera. Hay varias excepciones, pero en general la representación de los
personajes femeninos ha sido lo que más me ha sorprendido. Espero que cuando
haya más mujeres encargadas de contar las historias también tendremos
personajes femeninos que en los que podamos reconocernos". Y prosiguió:
"Las mujeres también somos proactivas, no solo reaccionamos a las cosas
que pasan alrededor de los hombres. Creo que si incluimos más narradoras,
tendremos en el cine más mujeres como las que veo en mi vida cotidiana".
El fenómeno se da con películas de todo el mundo, pero en España llama la
atención porque los distribuidores de cine indie han
concentrado sus inversiones en ese objetivo. Lara Pérez Camiña, una de los tres
socios de Betta
Pictures, que trae a España Marie Curie, asegura:
"Es clarísimo. El público que va a los cines de los centros de la ciudad,
el espectador urbano, es mayoritariamente femenino. Nosotros llevamos pocos años
con la empresa, pero tenemos esa percepción. Y por tanto muchas adquisiciones
las realizamos -siempre dentro de una calidad- para eso que a veces llamamos
las señoras de la calle Fuencarral. Con nuestros presupuestos y nuestro trabajo
solo llegamos a esas salas". España es un caso especial en la taquilla
mundial, ya que los principales consumidores de cine en salas son las familias,
más que los adolescentes, el público más importante en el resto del mundo. En
cuanto al cine de autor en salas urbanas, en el resto de Europa sus principales
amantes son veinteañeros, mientras que en España en cambio es visto por
mujeres. "Y en esas salas, es más fácil en las parejas que ella le
convenza a él de qué ver que viceversa", sigue Camiña, que también apunta
cómo en el mercado de Cannes StudioCanal anunciaba una superproducción también
sobre Marie Curie (1867-1934), la primera persona que ganó dos premios Nobel.
"StudioCanal seguro que también ha investigado esta tendencia".
Por su parte, un veterano como Otilio García, director de Golem
Distribución, que además poseen salas en diversas ciudades, va
más allá: "El cine urbano solo vive de ese público femenino. No hablo de
periferias o de centros comerciales. En Pamplona lo vemos en cualquier acto
cultural. Los martes y jueves tenemos unas sesiones de cine y arte, y ocho de
cada diez espectadores son mujeres de más de 60 años. En días laborables hasta
el 90% de las entradas las adquieren mujeres".
No existen encuestas que confirmen estas intuiciones, sin embargo, en
estudios como el Barómetro del CIS aparecen pistas. En el de junio de 2016 las
encuestadas superaban en porcentaje a los encuestados en no ir nunca al cine
(50,6% contra 48,7%), pero las mujeres ganan a los hombres en asistencia a las
salas en el apartado "una vez al mes" (3,5% contra 2,4%)... aunque no
se diferencie, y los distribuidores insisten mucho en esa separación, entre
salas del centro de ciudades y salas en centros comerciales. En España las
mujeres suponen el 50,9% de la población, y de los 3.442 largometrajes y
documentales realizados entre 1980 y 2012, solo un 5,8% estaban encabezados por
una directora.
¿Por qué esa diferencia en los gustos del público? Otilio García lo tiene
claro: "Porque las mujeres son quienes mantienen la llama de la cultura:
leen más, viajan más en cuadrilla, van más al cine. Así que para mantener salas
urbanas con títulos de calidad y de autor debes comprar películas con algo de
gancho para el espectador femenino. Con directora o protagonista mujer sabes
que añades un valor positivo al filme".